Hay que saber a lo que uno se apunta, antes de apuntarse. Cuando se decide algo tan importante, como comprar una franquicia, se deberán evaluar todas las posibilidades para tomar decisiones informadas. Puede ser un gran camino hacia una fuente de ingresos o un camino más complejo del que habías imaginado.
Comprar una franquicia puede ser tu camino al éxito
Comencemos por las razones por las que comprar una franquicia puede ser justo lo que estabas buscando. Una de las principales razones es el recibir el know-how. Ya que todos los procesos estarán tan estandarizados que no te tienes que “romper la cabeza” con elementos como el interiorismo, los procesos o los protocolos de servicio. Es una manera de tener un negocio propio a la vez que tienes la supervisión y el acompañamiento de una empresa que te guiará.
Grandes marcas de reconocimiento mundial serán tus gurus y te llevarán de la mano. Una gran razón: si es un modelo de negocio que te funciona y la empresa está satisfecha con el desempeño, podrás tener varias franquicias. ¡Ka-ching! $$ y claro, no podemos dejar de mencionar que la inversión es menor que la de abrir un negocio propio.
O puede no serlo…
Siguiendo con lo mencionado antes, pero a la inversa: si tienes sangre de emprendedor, no tendrás mucho margen de acción para darle tu toque a tu negocio. Es decir, será relativamente fácil operar, pero no habrá campo para la creatividad.
Y ahora hablemos del tema de la compatibilidad, al igual que en un matrimonio, la relación franquiciador y franquiciatario debe funcionar en las buenas y en las malas. Deberás hacer un detallado estudio de la compatibilidad de tus objetivos y modelos operativos con los de la franquicia. Por ejemplo, hay empresas que apoyan mucho al franquiciatario y otras que no tanto, lo cual puede ser determinante para el éxito del negocio. Habrás de leer muy bien las condiciones, hasta las letras más pequeñas, ya que las condiciones suelen ser muy rígidas y estrictas. Hay que evaluar todos los posibles escenarios.