En el 2022, una de las macrotendencias es la hipersensibilidad del consumidor a ingredientes, contaminación y ética laboral. Cada vez queremos saber con más detalle por qué procesos pasan nuestros alimentos y cómo llegan a nuestro plato. Hay como más consciencia de ponernos a pensar “qué hubo antes” de que ese producto esté en nuestra mesa y esto es muy positivo.
Desde hace unas décadas, el reciclaje del “post-producto” era lo que ambientalistas mantenían como prioridad. El “pre-producto” es el nuevo enfoque. El origen, el método de producción y la ética laboral de las empresas involucradas en la alimentación están cada vez más presentes en la consciencia del consumidor. Con el abundante acceso a la información, ya no quedan excusas. La trazabilidad de los alimentos abre nuevas puertas para empresas y consumidores, ¿entramos?
Un mundo donde la moneda de cambio es la confianza
Pasamos más tiempo frente a ordenadores y pantallas, tenemos más acceso a noticias y podemos saber lo que pasa al otro lado del mundo con un click. Esto también nos ha hecho temerosos de lo desconocido. Sabiendo el romance que implica para una persona con esta sensibilidad cortar una hoja de albahaca de su jardín para terminar su pasta pomodoro, empieza a cuestionar cómo llegó ahí la que está en el supermercado. Con tendencias como el acceso libre a la información, el miedo a lo desconocido, la economía circular y la alimentación hipercuidada hay un tema que los une a todos: food traceability.
Hay que considerar que en la industria alimentaria hay pequeños y grandes jugadores. Sabemos que los grandes tienen ventajas sobre los pequeños por distribución, alcance y capital. Aunque cada vez nos interesa más voltear a ver qué están haciendo los pequeños, en especial, si nos permiten comprobar que sus negocios son más éticos y sostenibles. De hecho, en un informe de McKinsey comentan que la Generación Z está dispuesta a pagar más por productos que tienen una trazabilidad transparente. Más que nunca, la oferta debe escuchar a la demanda si quiere mantenerse en el mercado, por fin los consumidores pueden ostentar ese poder. El pez gordo ya no se come al pequeño, sino que aprende de él. Las grandes empresas ahora buscan cómo dar a conocer su cadena de producción utilizando herramientas como blockchain.
El rol del blockchain en la trazabilidad de los alimentos
El foodie en el 2022 es cada vez más internacional. Se busca la promoción de los productos de proximidad pero también hay interés en lo exótico y étnico. Para esto, recurrimos a la exportación e importación. Aquí es donde entra blockchain, y se vuelve indispensable para garantizar prácticas sostenibles y éticas en todas sus etapas. De esta manera, una empresa que expone sin reservas sus procesos se vuelve más atractiva para inversionistas y consumidores.
Blockchain, como su nombre lo indica, permite “romper” en pequeños bloques una gran cadena de procesos, para conocer cada uno a mayor detalle y detectar anomalías. A la vez, es como un Libro mayor de contabilidad que conserva registro y junto con Machine Learning, logra producir información basada en patrones.
Tomar el conocimiento. Todos podemos ser Adán y Eva.
Después de esa gran lección, ahora toca hacerlo también con peras y manzanas (recuerdas los vídeos que se viralizaron quitándole la cera a las manzanas con agua caliente? La gente quiere comida de verdad). La idea es volver transparentes todos los procesos por los que pasa, en este caso, una manzana para:
- Generar más confianza para el consumidor final
- Identificar prácticas mejorables
- Presentarse como empresas más atractivas para inversión
- Evidenciar (y garantizar) prácticas éticas
- Que todo esto resulte en una comercialización más sostenible
Al final, todo va de generar un comercio alrededor de los alimentos que sea más transparente y permita un bienestar íntegro de la industria, desde el productor hasta el consumidor.
Gracias por leer hasta aquí.
Marina es una consultora de F&B en constante búsqueda de inspiración y mejora. Apasionada a la gastronomía, los libros, la sostenibilidad y el yoga.
Creación de restaurantes, operativa 360, consultoría y crítica gastronómica son algunos de sus campos de expertise.